La independencia alimentaria es clave para el norte grande y la Universidad de Antofagasta, a través del Centro de Desarrollo Energético Antofagasta (CDEA-UA), está marcando la diferencia con el proyecto Solar Circular Fase 2, financiado por Corfo a través de Bienes Públicos 2023 (código 23BP-251214) “Desafíos de adaptación al cambio climático en la Región de Antofagasta”.
Este proyecto instala módulos fotovoltaicos de segunda vida y bancos de baterías de 5 kWh para sistemas de riego automatizado en la comunidad agrícola Desierto Verde, optimizando el uso del agua y promoviendo la economía circular en el sector energético. El CDEA-UA ha liderado varias iniciativas para integrar la energía solar como una herramienta clave en diversos ámbitos, y esta vez en la tecnificación del riego.
Estos sistemas no sólo optimizan el uso del agua, sino que también permiten que los cultivos reciban energía renovable de manera continua, día y noche, gracias al uso de bancos de baterías de litio. Esta solución, además de ser amigable con el medio ambiente, es resiliente ante cortes de suministro y maximiza la eficiencia en el uso de los recursos, lo cual es fundamental para la agricultura en el desierto
Hernán Santos, socio activo de la Comunidad Desierto Verde, destacó la capacitación recibida y la contribución a reducir la huella de carbono “nosotros tenemos cerca de 100 árboles y otros tantas arbustos y plantas. Dentro de esos 100 árboles tenemos especies como acacia, acacia azul, pimientos, algarrobos, jacarandá, distintos tipos de pinos. Para nosotros es un gran paso participar en este proyecto, puesto que todos dependemos de cierta forma de la energía y como el espíritu principal de nuestra comunidad es el respeto con el medio ambiente, vamos eliminando de a poco la huella de carbono y vamos generando energía limpia que nos permite a nosotros forestar y quitar un espacio al desierto con un poco de árboles y áreas verdes para la comunidad”.
El Dr. Jorge Rabanal-Arabach, director alterno del CDEA-UA, quien además es uno de los investigadores que dirige este proyecto, resalta que este tipo de iniciativas no sólo benefician al sector agrícola, sino que también promueven la economía circular y el uso eficiente de la energía. «La implementación de paneles fotovoltaicos de segunda vida es una solución que ayuda a reducir los costos energéticos en el riego, al mismo tiempo que estamos contribuyendo a la reducción de desechos y al aprovechamiento de recursos previamente descartados. En una siguiente etapa no sólo estaremos reutilizando los paneles fotovoltaicos, sino que también las baterías de litio «, enfatizó el Dr. Rabanal-Arabach.
Con este enfoque, la Universidad de Antofagasta y el CDEA-UA continúan marcando la pauta en la implementación de soluciones tecnológicas que permiten a la región avanzar en su desafío de hacer uso eficiente de los recursos naturales y las energías renovables.